Es natural que ante una nueva situación, un reto, un cambio, se generen ciertas dudas e inquietudes. En este sentido, algunos temores que los brokers enfrentan, a la hora de expandir su negocio al extranjero, pueden ser similares a los de otros tipos de negocios o emprendimientos.
Entre estos se encuentran el miedo a fracasar, el temor a las barreras que pueden enfrentar, por las políticas o leyes de otros países, la falta de aceptación o poca receptividad de los potenciales clientes, entre otros. Veamos con más detalles.
Barreras a la internacionalización
De acuerdo con un artículo publicado en el portal Iberglobal, hay distintos tipos de obstáculos a los que se pueden enfrentar las empresas que aspiran a internacionalizar sus actividades.
Entre estos tenemos:
· Limitaciones de recursos financieros
· Poca preparación de los recursos humanos
· Dificultad para identificar oportunidades de negocio
· Dificultad para obtener información sobre los nuevos mercados
· Riesgo político (inestabilidad)
· Fluctuación de la economía
Conocerlos puede significar dos cosas: saber a qué nos enfrentamos y prepararnos para ello; o creer que no podremos superarlos y entonces entrar en un conflicto que podría paralizarnos, dejándonos en suspenso con el famoso “¿y si…?”
Temores de los brokers al expandir su negocio al extranjero
Cada uno de los obstáculos antes mencionados pueden traducirse en posibles temores, que los brokers podrían enfrentar a la hora de expandir su negocio al extranjero; incluso, algunos de estos miedos se solapan entre ellos, como veremos a continuación.
Iremos revisándolos en la misma medida que los comentamos y proponemos una manera de reenfocar el temor, para que no nos paralice. Hay que recordar que cada sentimiento negativo tiene su contraparte optimista. Es decir, siempre hay dos opciones: la deseable y la indeseable. Por eso, en lugar de lo que no queremos, veamos o pensemos en lo que sí.
Y si no nos alcanza el dinero…
Invertir para expandirnos al mercado internacional significa dinero, más dinero. Y disponemos, eso es cierto, de recursos limitados, económicamente. Pero, pensemos con calma. Pensemos en esto:
– ¿Estamos preparados financieramente, en este momento, para dar ese salto? Si no estamos seguros, es mejor buscar un poco más de financiamiento.
– Recuerda que a la hora de invertir, no puedes quedarte sin nada, y debes esperar un poco antes de empezar a obtener dividendos. Por lo tanto, conserva algo para poder subsistir, mientras empiezan a verse los frutos.
– Si no dispones de demasiados recursos, piensa en invertir primero en un mercado donde los costos no sean tan altos, aunque las ganancias sean también modestas. Incluso, así tendrás experiencia al ir a mercados más complejos.
– Un día a la vez, un mercado a la vez; no tienes que abrir operaciones simultáneamente en cien países.
Y si nos equivocamos con respecto a las estimaciones…
Volviendo a los obstáculos de los que hablamos al inicio, en lugar de hablar de: “Dificultad para obtener información sobre los nuevos mercados o para encontrar oportunidades de negocio”, enfoquemos la mirada y los esfuerzos en: “cómo obtener información sobre los nuevos mercados o cómo identificar oportunidades de negocio”.
Y con respecto a esto, no hay que conformarse solo con lo que encontramos en Internet. Si es posible, entrar en contacto con personas que viven en ese país, conocer cómo está la economía. Incluso, hacer encuestas, estudios de mercado. Es bueno ir sobre seguro.
Y si la economía da un giro…
Bueno, eso puede suceder en cualquier lugar del mundo. La economía puede fluctuar, la situación política puede dar un giro y afectar nuestra potencial inversión; pero, también podría haber un cambio positivo y hacernos crecer. Si nos retractamos por el miedo, estaríamos tal vez perdiendo la oportunidad de nuestras vidas. El que no arriesga, no gana.
Y si no estamos preparados…
Si consideramos que nuestros recursos humanos no están preparados para internacionalizarnos; entonces pensemos en cómo prepararlos. Con la información que se obtenga, organicemos un plan de formación, en función de las necesidades de la organización para los nuevos retos.
Nuevamente, vamos con calma, y bien preparados. De este modo, contaremos con un buen equipo, que nos ayudará de la mejor manera. Eso sí, confiemos en ellos y en sus capacidades. Confiar es mejor que temer.
Pero, algo muy importante, no solo debemos pensar en el personal, sino en lo que somos y hacemos como organización. Prepararse significa también adecuarse. Hay que adecuar procesos, innovar en lo que hacemos. Trabajar en un nuevo mercado significa también una nueva manera de hacer las cosas. “Inventamos o erramos, innovamos o fracasamos”, dijo Simón Rodríguez, el gran maestro de El Libertador.
Y si hay muchas trabas legales…
Nuevamente, debemos echar mano del mejor recurso: la información. Conocer el terreno antes de aventurarse. Indagar, investigar, entrar en contacto con personas que manejen las leyes, asesorarse bien.
El mayor obstáculo
El miedo es un sentimiento natural en los seres vivos. Según lo que afirman los expertos en la conducta, es nuestra emoción más antigua. Sobreviene en presencia de una amenaza. Por lo general se responde con la huida.
Aunque en algunos casos la respuesta adaptativa no es la huida, sino la inmovilidad. Cierto que no podemos evitar sentirlo, pero no debemos dejar que nos paralice, ni debemos ignorarlo o despreciarlo, porque el exceso de confianza también podría ser perjudicial.
Y es que, pese a todo, el miedo puede ser positivo, pues nos ayuda a mantenernos alerta, por lo que es vital para la supervivencia. Hay que usarlo como lo que es: un mecanismo que nos debe llevar a observar mejor lo que existe alrededor, para detectar las amenazas.
Henry Ford dijo en una ocasión que los obstáculos son eso que vemos cuando dejamos de ver el objetivo. En este sentido, la principal recomendación a tener en cuenta, cuando el temor empiece a invadirnos, es reenfocarnos en el objetivo.
Si cada problema o cada temor podemos convertirlos en objetivos, como hemos visto, más aún, en acciones concretas, de este modo estaremos activados y el miedo no podrá paralizarnos.Recuerda lo que dijo Federico de Prusia: “El hombre que pone el corazón en lo que hace consigue recursos donde los incapaces se dan por vencido”. Y con esta frase nos despedimos. Muchos éxitos en todo lo que emprendas.
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